Uso las técnicas de fotografía de interiores más avanzadas, que se apoyan en fusión de luz natural y flashes potentes. Esta manera de trabajar me da posibilidad de aminorar dramáticamente el contraste y conseguir la exposición correcta en cualquier parte de fotografía. Mis clientes obtienen imágenes que no pueden contener ventanas “quemadas” o zonas oscuras e inexpresivas. Los métodos más sofisticados de iluminación junto con una postproducción avanzada, consiguen una imagen atrayente, real y nítida.
Para que una fotografía de interiores parezca encantadora al usuario, a parte de la luz bien controlada, tiene que presentar el espacio con más volumen posible. Con ese fin se establecen unas reglas de encuadre y de puntos de fuga, que facilitan al usuario a comprender de manera completa los interiores con sus dimensiones. Se usan objetivos gran angulares para que las líneas converjan más lejos y generen sensación de profundidad.
El fotógrafo de interiores tiene significantes dificultades en el momento de reducir el potente contraste de luces, ya que requiere lograr que se vean más brillas las ubicaciones oscuras y al revés. Los sensores de las cámaras digitales, por excelentes y caros que sean, jamás van a evadir esa distingue de luces por sí solos.